Innovación, colaboración y tradición se dieron la mano el pasado 10 de julio en el I Foro Hispalyt sobre Construcción Industrializada con Ladrillo, celebrado en la sede de Hispalyt en Madrid. Durante más de cinco horas, arquitectos, técnicos, fabricantes y promotores debatieron, compartieron casos de éxito y lanzaron propuestas para transformar un sector en plena transición.
Elena Santiago, secretaria general de Hispalyt, dio la bienvenida y fue la encargada de conducir el evento que se estructuró en dos bloques: el primero dedicado a visiones generales sobre vivienda industrializada, y el segundo a soluciones concretas con ladrillo.
La jornada fue presentada como una oportunidad para repensar el papel de los materiales y sistemas cerámicos en la industrialización del sector de la edificación. Un espacio para tejer alianzas y demostrar que tradición y tecnología no solo pueden convivir, sino potenciarse mutuamente.
El presidente de Hispalyt, Pedro Rognoni, inauguró oficialmente el foro con un discurso rotundo: el ladrillo cerámico no solo tiene cabida en la industrialización, sino que puede ser protagonista. Destacó su carácter reciclable, su bajo impacto ambiental y su durabilidad. Reivindicó su inclusión en las políticas del PERTE de vivienda industrializada y en la economía circular, recordando que se trata de un material producido localmente. Su mensaje fue claro: hay que construir un nuevo modelo de edificación donde el ladrillo no sea el pasado, sino el futuro.
BUILD:INN: la transformación pasa por conectar toda la cadena de valor
Marta Epelde, directora del Clúster de Construcción de Euskadi, fue la encargada de inaugurar el bloque de ponencias con una presentación estratégica y estructurada. Epelde subrayó los retos actuales del sector: falta de mano de obra, baja productividad y costes crecientes. Citando el informe británico Modernize or Die, alertó del riesgo de perder competitividad si no se acomete una transformación profunda.
Desde el modelo colaborativo vasco, explicó cómo su clúster articula proyectos conjuntos entre diseño, promoción, industria y administración. Subrayó el valor de la “triple transformación” —digital, sostenible e industrializada— y presentó casos concretos donde la geometría digital, el diseño para desmontaje y la colaboración temprana han generado soluciones viables y replicables.
Epelde insistió en que la digitalización no se limita al BIM, sino que abarca logística, compras, mantenimiento y planificación. Mostró ejemplos de construcción modular 3D y alertó sobre errores internacionales, como el cierre de fábricas por falta de demanda sostenida.
Cerró su intervención con un decálogo para transformar el modelo productivo, haciendo hincapié en la necesidad de que toda la cadena —desde promotores hasta fabricantes— actúe como un sistema coordinado.
Tecnalia: industrializar desde la ciencia aplicada
La ingeniera industrial Marta Fuente ofreció una ponencia altamente técnica desde la experiencia del centro tecnológico Tecnalia. Destacó que la industrialización es mucho más que prefabricar: implica digitalización, automatización, estandarización, nuevas alianzas y una nueva mentalidad empresarial.
Presentó avances disruptivos como laboratorios de impresión 3D, envolventes activas, robótica de montaje y configuradores digitales. Enfatizó la importancia de diseñar con parámetros sostenibles desde el inicio, adaptando productos a la taxonomía verde europea y evaluando todo el ciclo de vida.
Uno de los puntos fuertes de su intervención fue la clasificación por grados de industrialización (de 0 a 6), útil para posicionar proyectos según su nivel de madurez. También abordó los desafíos regulatorios —especialmente en acústica y protección frente al ruido— y las vías para certificar sistemas innovadores en ausencia de normas específicas.
En su cierre, dejó claro que el futuro es colaborativo y transversal: cerámica, acero, madera y hormigón pueden convivir en sistemas híbridos que aprovechen lo mejor de cada material.
Zabala: un mapa completo de la financiación disponible
Fernando Pérez, director del área proyectos nacionales en Zabala Innovation, centró su intervención en los instrumentos financieros para impulsar la vivienda industrializada. Explicó con claridad en qué consiste el nuevo PERTE presentado en abril de 2025: un programa de 1.300 millones de euros que agrupa préstamos e inversión en capital, pero no contempla subvenciones directas.
Detalló las tres grandes líneas del PERTE:
- Impulso a la oferta (fábricas).
- Impulso a la demanda (promotores).
- Instrumentos complementarios (fondos ICO, ENISA, CAE...).
Pérez también presentó programas europeos como Horizon Europe, LIFE o Innovation Fund, que sí ofrecen subvenciones a fondo perdido, y líneas nacionales como las Misiones CDTI o ayudas para startups.
En un momento muy celebrado, explicó el sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) como vía no convencional para monetizar eficiencia energética. Cerró con un mensaje claro: las oportunidades existen, pero hay que planificar, colaborar y profesionalizar la estrategia financiera.
Ávita: industrializar no es una opción, es una necesidad
Sergio Retamero, director general de Avintia Industrial, ofreció una visión práctica desde la experiencia real de una empresa que ha pasado de ser una constructora tradicional a convertirse en un ecosistema industrial de soluciones habitacionales.
Mostró cómo Ávita gestiona digitalmente toda la cadena de valor, desde el diseño (con BIM) hasta la producción automatizada en su fábrica de Aranda de Duero. Con procesos estandarizados y trazabilidad total, consigue reducir plazos un 30% y casi eliminar los residuos en obra.
Destacó que su modelo busca rentabilidad, sostenibilidad y valor para el usuario final, con viviendas certificadas BREEAM, trazabilidad de materiales y diseño para eficiencia energética. Para Retamero, el objetivo es lograr una producción de 10.000 viviendas industrializadas al año con calidad, previsibilidad y control.
Industrializar es una decisión estratégica de país
Desde una visión más macroeconómica, José Ignacio Esteban, director del Máster de Construcción Industrializada de la Universidad Nebrija, profesor y experto en innovación, defendió que la industrialización no es solo un reto técnico, sino una prioridad estructural para garantizar el acceso a la vivienda, el empleo y el crecimiento industrial.
Analizó modelos internacionales (Irlanda, Alemania, Francia) y denunció la baja capacidad actual del sector español para construir vivienda a gran escala. Reclamó más colaboración público-privada, incentivos fiscales, agilidad administrativa y, sobre todo, una transformación empresarial que incluya inversión en activos y formación en gestión.
Defendió el ladrillo como un material con historia, reciclable y adaptable, y propuso sacarlo de la obra para llevarlo al taller, mediante robótica, diseño modular e integración en sistemas prefabricados.
El ladrillo como protagonista de la nueva arquitectura industrial
El arquitecto y creador del sistema Flexbrick, Vicente Sarrablo, ofreció una ponencia, en la que repasó tecnologías, ejemplos internacionales y soluciones cerámicas ya disponibles en el mercado.
Desde el tejido cerámico flexible, pasando por balcones plegables, fachadas 3D, paneles con aislamiento integrado y robots colocadores de ladrillo, Sarrablo demostró que la cerámica puede ser tan sofisticada como cualquier otro material prefabricado.
Reivindicó que lo que antes hacían los artesanos ahora se puede ejecutar en talleres con altísima precisión, y que la cerámica es compatible con automatización, eficiencia y belleza. “No se trata de renunciar a lo tradicional —dijo—, sino de reinventarlo desde la lógica industrial”.
Keller: prefabricación robotizada con bloques cerámicos
Desde Alemania, Björn Braukmann, de Keller presentó un sistema de prefabricación automatizada de muros cerámicos rectificados, gestionado mediante el software K-matic Wall. En un proceso totalmente robotizado, los muros se construyen capa a capa en taller, con juntas mínimas, adhesivos específicos y refuerzos de carbono.
El vídeo ilustrativo mostró la precisión milimétrica de este sistema, donde los bloques rectificados permiten una colocación perfecta, sin necesidad de mortero y con perforaciones para instalaciones integradas. España, afirmó, ya cuenta con la tecnología base para implementar este tipo de plantas.
Repensar la cerámica desde el diseño industrial
Amelia Santiago, arquitecta del Departamento Técnico de Hispalyt, cerró el foro con una presentación inspiradora, en la que recorrió ejemplos internacionales, técnicas emergentes y propuestas nacionales de industrialización cerámica.
Desde celosías y fachadas texturizadas hasta sistemas modulares, cubiertas desmontables y tabiquería en seco, Amelia mostró que la cerámica tiene una expresividad única que puede industrializarse sin perder su alma. Presentó casos reales, sistemas como ISOBRICK® o Termoklinker, y enfatizó la importancia de diseñar pensando en sistemas, no solo en productos.
Defendió el uso de herramientas digitales para parametrizar texturas, simular aparejos, y facilitar la toma de decisiones desde el diseño. Y concluyó con un mensaje contundente: “Industrializar no es renunciar a lo cerámico. Es liberarlo de sus límites y llevarlo más lejos”.
Un punto de partida para una transformación compartida
El foro cerró con un mensaje claro: el futuro de la construcción será industrializado, pero no necesariamente despersonalizado. La cerámica —con su carga cultural, técnica y estética— puede liderar esta transformación si el sector actúa de forma unida, colaborativa y estratégica.
La jornada concluyó con el anuncio de próximas actividades, como una jornada sobre arquitectura cerámica sorprendente en septiembre y un segundo foro especializado en fachadas industrializadas con ladrillo en octubre.
El ladrillo no ha muerto. Está cambiando de piel. Y el I Foro Hispalyt ha sido la mejor prueba de ello.
Puedes ver aquí el vídeo completo del Foro: