Como solución versátil la bóveda se presenta en diferentes estilos y formatos pero en esta ocasión nos centramos particularmente en uno de ellos, las bóvedas tabicadas. Una de las construcciones más antiguas -su origen data del siglo XIII en la zona de Levante- pero de total actualidad. Una muestra más de las infinitas posibilidades que la cerámica estructural ofrece para hacer frente a todos los retos de la construcción y la arquitectura, como el desafío medioambiental.
Sería imposible repasar la historia de la arquitectura sin detenerse en un elemento que tanto por su estética visual como por su innovadora composición y rendimiento raramente deja a nadie indiferente: la bóveda tabicada. La podemos encontrar en grandes catedrales y en pequeñas escaleras de casas particulares islámicas, construidas hace más de 800 años. La bóveda tabicada es parte de nuestra cultura mediterránea, y desde aquí fue exportada al resto del mundo.
Sin embargo, y a pesar de su popularidad a lo largo de la historia, las bóvedas tabicadas cerámicas siempre fueron elementos artesanales cuya técnica de construcción generó celos entre los propios artesanos, quienes no estaban dispuestos a compartir con el resto de compañeros sus conocimientos. Tal es así que tuvimos que esperar hasta el siglo XIX para empezar a comprender científicamente su funcionamiento. De Gaudí a Norman Foster, la bóveda siempre ha generado fascinación a grandes creadores, y es que pocos elementos ofrecen al mismo tiempo una solución estructural para cubrir grandes espacios mientras, a la vez, deja con la boca abierta a todos los que tienen la suerte de atravesarlas o detenerse un instante bajo ellas.
Hoy en día, por su rapidez en la ejecución, economía de costes y alta resistencia las bóvedas tabicadas cerámicas vuelven a estar de actualidad. Basta con admirar el Droneport, el primer proyecto construido por la Norman Foster Foundation que tiene como objetivo crear una red de puertos para drones a fin de repartir suministros médicos y otras necesidades en zonas de África y otros continentes de difícil acceso, debido a una falta de infraestructuras de transporte.
Es el momento de recordar el futuro
Si hay una institución en todo el mundo consciente de las posibilidades de esta estructura es CERCAA (Centro Educativo para la Regeneración de la Construcción Artesanal). Ubicada en Valencia, se trata de una iniciativa impulsada por Wesam Al Asali, arquitecto e investigador, doctorado en la Universidad de Cambridge e investigador postdoctoral en la Universidad de Princeton, especializado en políticas de patrimonio, artesanía y materiales locales en construcción con experiencia laboral internacional; y Salvador Gomis, maestro de construcción de bóvedas tabicadas tradicionales con más de 20 años de experiencia en restauración y obra nueva.
Al Asali ha dedicado los últimos 7 años al estudio de la bóveda tabicada. “El problema de la construcción actual es su alto consumo de energía. Una energía que puede ser de dos tipos: energía incorporada o energía utilizada mientras se construye un edificio, y energía operativa, la que utilizamos para mantener este edificio a lo largo de su vida. Ambas demandan muchos recursos tanto energéticos como materiales. Hoy nos preguntamos cómo podemos construir con pocos recursos y respetando nuestro entorno”.
La preocupación por como impactamos en el medio ambiente vive el mayor protagonismo de su historia, y el uso de los materiales locales se presenta como una de las grandes soluciones. Pero la realidad es que construir únicamente con los recursos que había en la zona es un asunto que el ser humano ha tenido en cuenta desde el mismo momento que comenzó a realizar sus primeras construcciones. En este sentido, la bóveda tabicada forma parte de ese grupo de soluciones que hemos sido capaces de encontrar. “La disponibilidad de materiales y la habilidad de los constructores han sido claves no solo para la permanencia de esta técnica en su entorno natural, el Mediterráneo, sino también para que haya podido viajar muy lejos”, comenta Al Asali.
Ejemplo de esta última afirmación es el uso de la bóveda tabicada en Cuba en el periodo posterior a la revolución debido a la ausencia de material de construcción, pudiendo encontrarla hoy en cualquier rincón de la isla y destacando su presencia en sus escuelas de arte en La Habana. “En principio me interesó el uso de la bóveda tabicada en estas escuelas pero al descubrir la complejidad de su estructura descubrí una investigación en torno a quién y cómo se construyeron, no sobre cómo se diseñaron, lo cual cambió para siempre mi enfoque sobre el estudio de esta estructura, y más ante el desafío ambiental al que nos enfrentamos”, afirma Al Asali. “Si tomamos como punto de partida la definición de construcción sostenible que nos da la Unión Europea, es aquella que promociona el uso de materiales locales, la eficiencia energética en edificios y una gestión eficaz de residuos de construcción y demolición, y en ella encaja como un guante la construcción artesanal que no debe verse solo como un elemento del pasado a conservar sino como palanca de presente y futuro del tejido empresarial local”, concluye el arquitecto e investigador. Un camino que Al Asali comenzó en 2015 y le llevó a crear en 2020 CERCAA, junto con Salvador Gomis.
“Estamos perdiendo la figura del maestro y el aprendiz, no sé si falta gente que quiera enseñar o gente que quiera aprender, pero no deberíamos dejar que la técnica de construcción de bóvedas tabicadas se pierda. En los dos años de vida de CERCAA nos hemos dado cuenta de que existe el interés hacia la construcción artesanal como la bóveda tabicada cerámica, y es que a través de ella se pueden llegar a hacer construcciones únicas”, analiza Gomis.
Investigación en la Universidad Politécnica de Valencia
“Llevamos unos años investigando como responden las bóvedas ante una rotura. Para conocer más sobre la respuesta de las bóvedas hemos construido a escala real las de la Catedral de Valencia y luego las hemos estirado poco a poco hasta 14 cm. Ante este estrés al que fue sometida la bóveda se agrietó, pero en ningún momento colapso. Después la reparamos con una malla, volvió a su sitio y repetimos el experimento y en este caso la resistencia fue aún mayor”, comenta Gomis. El siguiente paso es realizar pruebas de resistencia térmica y explosiones con el objetivo final de conseguir información que amplíe y detalle la normativa de esta construcción para promover su implantación. Esta trabajo se llevó a cabo con el Grupo de Investigación Building Resilient de la Universidad Politécnica de Valencia.
Formación e investigación son también los caminos que ha puesto en marcha CERCAA para que este tipo de técnicas, a través de mano de obra local, no se conviertan en un objeto de lujo, no ya solo de cara a conservar el patrimonio sino también en obra nueva. Gomis concluye, “si no damos los pasos adecuados llegará un día que cogeremos un libro veremos una bóveda tabicada pero no sabremos cómo hacerla”.
En la bóveda, -que Gaudí definió como el “elemento más precioso de nuestra construcción”- se cruzan los caminos del artesano y el arquitecto. Ambas profesiones son el punto de arranque de esta estructura. Por ambas ha pasado el pasado y pasará el futuro de una solución estructural única, y nuestra, que por su rendimiento, estética y sostenibilidad bien podría tratarse de una invención del siglo XXI.
Hispalyt reunió a Wesam Al Asali y Salvador Gomis, en el webinar Recuerda el Futuro: Bóvedas Tabicadas para Desafíos Ambientales. Ambos, además de ofrecer toda la teoría y conclusiones de sus investigaciones en torno a la bóveda tabicada, presentaron los detalles de proyectos donde se ha implementado esta solución constructiva como (en orden de aparición): las Escuelas de Ballet y Escuela de Danza Moderna (Cuba. 1961); Investigación sobre bóveda tabicada desmontable para FabricArte - Cevisama 2018; Proyectos de construcción informal en Siria; Investigaciones para el Master ‘Emergencia y Resilencia’ para la Universidad IAUV de Venecia; Bóvedas tabicadas en la Bienal de Venecia (2016): Casa Dumfries (Escocia. 2021); Colegio Imagine Montessori School (Paterna. 2019); o Panteón familia Soriano-Manzanet (Villareal).