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Viviendas en la calle Guisando en Madrid

El objetivo de este conjunto residencial es proyectar cuatro viviendas cercanas en las que no se produzcan conflictos de privacidad. Los jardines adquieren total importancia para dirigir los puntos de interés y las vistas. El proyecto, en el que los vacíos adquieren mucha importancia, formaliza los espacios interiores mediante volúmenes elementales de hormigón y ladrillo.

El proyecto en la calle Guisando en Madrid constituye una excepcional oportunidad de diseñar cuatro viviendas de lujo simultáneamente. El estudio encargado del proyecto, DL+A, parte de imaginar el futuro, incorporando ya a las primeras decisiones del proyecto, las demandas lógicas de cada parcela individual, a menudo contradictorias entre sí y motivo habitual de desacuerdos entre vecinos.

Cada cota en centímetros de cada parcela influye en las vecinas; el “acuerdo final” es fruto de esa lucha, de esa búsqueda de sintonía. La solución final se adapta a la topografía y cada vivienda disfruta de su jardín soleado, evitando mirar indiscretamente a la situada a continuación al norte. Y esto en una parcela de forma irregular, con 8 metros de desnivel (desde el punto más alto al sur, hasta el inferior al norte) y situada, a su vez, sobreelevada hasta 5 metros por encima de la calle Guisando.

Las cotas de origen y referencia de los cuatro jardines están escalonadas, y han sido decididas como un asunto vital en el planteamiento del proyecto. Superficies distintas, que se cierran al exterior y al norte con un caparazón cerámico, y se abren al corazón acristalado del jardín a través de paños de vidrio protegidos del sol de manera controlada, con árboles de hoja caduca y pérgolas en zonas de estar de planta baja. La tecnología de persianas orientables regulables en los dormitorios de la planta primera, filtra la incidencia solar en cada villa.

Cada vivienda busca convertir en virtud los condicionantes concretos de su ubicación, empleando soluciones arquitectónicas comunes, lo que les ha acabado proporcionado cierta relación de “parentesco”. Fachadas de cerámica armada colocadas importando otros sistemas constructivos (sin mata-junta, sardinel, gran formato, aparentando ser baldosines…) contagian las cubiertas inclinadas del mismo material, permitiendo que todo el proyecto pueda resolverse prácticamente con el detalle de cubierta/fachada.

La jardinería se convierte en un elemento de vital importancia para ese juego de caparazones y máscaras que abren o cierran vistas y privacidades. Jardines/montaña para evitar el impacto visual del muro de la Embajada, que se convierten en inesperados jardines a cota de dormitorios. Fachadas ciegas a norte preparadas para cubrirse por trepadoras. Los árboles se convierten en se convierten en asuntos “de proyecto”. Así, se colocan estratégicamente algunos árboles de hoja perenne a norte para ocultar vistas desde ventanas que se asomarían al vecino. Y otros de hoja caduca se utilizan para acotar piscinas en situaciones de borde que amplían el jardín.

 

Los arquitectos responsables del proyecto tienen “la sensación de estar diseñando una casa para un jardín ideal, más que al contrario”.

Descripción de las fachadas

Cada vivienda busca convertir en virtud los condicionantes concretos de su ubicación, empleando soluciones arquitectónicas comunes, lo que les ha acabado proporcionado cierta relación de “parentesco”. Las fachadas cierran al exterior y al norte con un caparazón cerámico, formado por un pie de ladrillo perforado colocado a tizón y armado con acero formato inglés, y se abren al corazón del jardín a través de paños acristalados protegidos del sol de manera controlada. Cubiertas inclinadas del mismo material que la fachada, resueltas mediante plaquetas cerámicas recibidas con mortero de altas prestaciones sobre una capa de compresión de hormigón armado, miran al corazón acristalado.

Para resolver las esquinas se realizan ladrillos especiales extruidos en vertical. Las esquinas en ángulos no rectos, se realizan mediante una pieza con forma de rombo, ángulos complementarios y muescas para ser cortados en obra, de manera que cada una de las dos piezas resultantes pueda ser usada para ángulos agudos y obtusos. Con una única pieza especial se solucionan todas las esquinas.

Las esquinas en ángulos rectos se resuelven mediante piezas que se pueden dividir en dos.

Las plaquetas cerámicas en cubierta tienen las dimensiones del ladrillo de la fachada, lo que permite que todo quede alineado. Se fabrica una pieza especial para vierteaguas y remates superiores de las viviendas.

La imagen del conjunto es la de volúmenes recubiertos con un único, uniforme y coherente material cerámico.

Más información: Ficha técnica

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