Entrevista con Josep Llinàs, premio FAD de Arquitectura 2006
“Existe un vacío de información sorprendente sobre el uso real de las viviendas”
Nacido en Castellón, el arquitecto Josep Llinàs ha desarrollado buena parte de sus proyectos en la ciudad de Barcelona, donde ha dejado muestra de su estilo discreto e integrador. Buen ejemplo de ello son los proyectos de remodelación de Can Jaumandreu, en el barrio de Poblenou, o de la Biblioteca Jaume Fuster, en la plaza de Lesseps, y que le valió un premio FAD de Arquitectura en 2006.
Su forma de trabajar se ha calificado en algunas ocasiones como de “arquitectura discreta”. ¿Se siente identificado con ese calificativo?
Entiendo el calificativo como positivo. No me parece que la arquitectura deba dejar con la boca abierta, o mejor dicho, al menos yo no sé hacerla de esa manera. Prefiero la idea de acompañamiento, cordialidad y también la de discreción.
La arquitectura residencial ha evolucionado al margen de los deseos de los ciudadanos, compradores finales de las viviendas. ¿Cree que esta dinámica puede cambiar si se consigue que los ciudadanos estén mejor informados sobre la calidad de la vivienda?
Sobre el tema de la vivienda y de su utilización real existe un vacío de información sorprendente, que no se da, por ejemplo, en los equipamientos o edificios públicos. En estos últimos, se puede comprobar día a día la relación entre aquello que se pensaba a priori sobre su uso y la realidad. Por ejemplo, hace poco me explicaban, en relación a las bibliotecas, que imaginaban al usuario del ordenador con una relación individual y aislada con el mismo. Se ha visto, en cambio, que en muchas ocasiones, la pantalla es compartida por un grupo de personas. Esta constatación debería producir un cambio en el diseño de las mesas o de los espacios donde se produce esta actividad. En las viviendas, informaciones de este tipo permanecen opacas. Seguramente, sería muy útil que la Administración iniciara estudios de uso, estadísticos, para conectar de nuevo la arquitectura y el uso que se hace de la misma.
En Can Jaumandreu, situado en el barrio industrial de Poblenou, ha llevado a cabo una remodelación ejemplar de un antiguo recinto industrial. ¿En qué ha basado su actuación en este espacio?
Pensaba que Can Jaumandreu era una ocasión excepcional para construir toda una manzana de nueva planta a partir de dos referentes: la nave y la extraordinaria chimenea existentes. Posteriormente, se incorporaría el lenguaje industrial determinado por estas piezas a las nuevas construcciones. Desde el dimensionamiento de los volúmenes de nueva planta a las aberturas o cerramientos se ha pensado constantemente en ese lenguaje industrial que identifica al Poblenou y que es, incluso urbanísticamente, un lenguaje alternativo al residencial.
La fachada de ladrillo cara vista de Can Jaumandreu define estéticamente el edificio. ¿Cuál es su opinión respecto a la aportación de los materiales cerámicos en la arquitectura contemporánea?
No conozco muy a fondo los materiales cerámicos. En Can Jaumandreu, la utilización de ladrillo visto era substancial si queríamos ser coherentes con lo anteriormente expresado. Creo que en la actualidad se están realizando grandes avances en los materiales cerámicos, en lo que hace referencia a pavimentos y a fachadas ventiladas, que sitúan a estos elementos constructivos en un nuevo campo de utilización, diferente de la conocida tradicionalmente.
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