Centro Cívico El Pilar Gizarte Etxea (Vitoria-Gasteiz)

El interés que da origen a la composición ha sido construir un edificio representativo cuya fachada a la calle indique las funciones públicas que desarrolla en su interior y que, a la vez, ponga claramente de manifiesto el uso residencial de las cuatro plantas superiores. El entendimiento de que en los patios de manzana ocurren cosas y de que el mundo no se acaba en la fachada a la calle, es otra de las intenciones de este edificio.

Para contrastar con la horizontalidad de las construcciones vecinas, la proporción de los huecos de las plantas inferiores del Centro Cívico enfatiza la línea vertical. Se acentúa también la partición en ocho unidades, con ladrillos de distintos colores, de la fachada de la Residencia, que ocupa las cuatro plantas superiores. Se quiere identificar a cada residente con la fachada de su casa, como si fueran varias unidades residenciales menores adosadas y construidas sucesivamente a lo largo del tiempo.

El color del ladrillo de cada una de ellas varía dentro de una misma gama, como si estuviera producido por el envejecimiento natural de los materiales y las juntas verticales de separación del aparejo de cada tonalidad recorren las cuatro alturas, marcando una división tonal entre estas ocho propiedades ficticias.

En el interior de la manzana, existe un gran patio formado por espacios vacíos y rellenos de naves comerciales y pequeños talleres. Se intenta aportar, como dato y para información visual, la limitada anchura de la crujía del volumen de la Residencia, once metros, que no llega a la totalidad del fondo de la parcela y así se puede apreciar en los huecos y recortes del bloque.

Cuatro terrazas dobles, que atraviesan las cuatro plantas superiores, alivian la estrechez y falta de iluminación de los pasillos centrales de la Residencia y crean unos balcones de luz, trasversales, abiertos a calle y a patio, como conexión visual, desahogo e iluminación de cada planta.

Desde la calle se puede entrever, por la mañana, la claridad del patio de manzana a través de estos huecos. La fachada posterior al patio es idéntica a la de la calle y con los mismos materiales. No se diferencia intencionadamente la calidad de los acabados entre ambas fachadas al contrario de lo que ocurre con los edificios de viviendas contiguos.

La biblioteca se reviste con aluminio anodizado de color dorado. En plantas primera y segunda, queda partida en dos por un hueco que la atraviesa y que conecta visualmente la calle con el patio de manzana. Su acabado liso y metálico contrasta con el despiece y la rugosidad más tosca y apagada del ladrillo de la Residencia de estudiantes.

Toda la construcción de planta baja, que ocupa el resto de la parcela, se plantea con una volumetría en diente de sierra y una cubierta de zinc, que como premisa, no tiene en cuenta el programa que se desarrolla debajo. Esto se realiza con la intención de añadir flexibil