Edificio de control y acceso a las instalaciones deportivas de la Universidad Pública de Navarra

El edificio es el resultado de materializar la propuesta ganadora del concurso de proyectos convocado por la Universidad Pública de Navarra en 2004 para edificar el nuevo centro de control y acceso a sus instalaciones deportivas. Gracias a este trabajo, los arquitectos Javier Larraz y Sergio Carrera se proclamaron ganadores del Premio Novel de Arquitectura de Ladrillo 2003-2005, concedido por la Sección de Ladrillos Cara Vista de HISPALYT el pasado mes de diciembre.

Los autores plantearon un volumen sencillo, capaz de transmitir dicha idea de manera clara y rotunda, mediante un desarrollo marcadamente horizontal en una única planta, combinando pocos elementos de carácter abstracto que otorgan a la composición una escala acorde con la de su entorno. Un segundo volumen queda protegido por una gran puerta de ladrillo, formando dos cuerpos atravesados por un único vacío, generando el acceso al interior del edificio y a las instalaciones deportivas.

Gracias al generoso desarrollo de fachada respecto de la superficie de la planta, se consigue inundar de luz natural todo el espacio interior, de uso administrativo. Un juego de lamas orientables en la fachada sur permite matizar dicha iluminación.

La propuesta trata de enfatizar la idea de edificio “puerta” que dé acceso al conjunto de las instalaciones deportivas, una idea que queda reflejada tanto en la imagen del edificio como en su emplazamiento y funcionamiento.

El nuevo volumen se dispone de forma lineal, ajustándose en su ubicación exacta a la prolongación de las dos fachadas principales del volumen del polideportivo. De este modo se pretende, además, establecer un diálogo entre el pequeño volumen planteado y el del polideportivo existente. El edificio se integra con naturalidad en el conjunto, generando un único paso peatonal que controla los tránsitos hacia el interior de las instalaciones.

Respecto a la organización interior del edificio, se ha buscado un máximo aprovechamiento del espacio, reduciendo en la medida de lo posible la aparición de superficies de circulación. El edificio tiene una configuración lineal, con un eje central de distribución que comunica con los despachos por el lado este, y con el área de administración y sala de reuniones por el lado oeste. Los aseos se disponen junto a la entrada, próximos al área de control y acceso al edificio. La generosa iluminación natural del interior será regulada en la orientación oeste mediante un sistema de control solar formado por lamas móviles.

Las partes “ciegas” del programa, correspondientes a los almacenes y al área de instalaciones, se sitúan en ambos extremos del edificio, buscando reforzar mediante esta disposición lateral de los cuerpos opacos el carácter de arco o umbral del volumen planteado.

Se pretende facilitar la máxima flexibilidad de uso en el edificio, mediante la