Relativas a la puesta en obra
Se debe impedir el contacto directo del ladrillo con el terreno en las zonas de acopio, para evitar la contaminación con sales solubles.
Con objeto de obtener la máxima uniformidad de tono en la fachada, los ladrillos se deben tomar de varios paquetes simultáneamente, haciendo el desapilado de cada paquete de forma escalonada para conseguir la mezcla de las distintas capas.
Esta recomendación
es especialmente importante en el replanteo, ya que de esta forma se obtendrá
la medida de las dimensiones reales del ladrillo.
Los ladrillos cuya succión
sea superior a 0,10 gr/cm2 min., deben humedecerse antes de su colocación
con el fin de evitar la deshidratación del mortero. El grado de humectación
será función de dicha característica del ladrillo.
Los ladrillos de baja succión, clinker, gresificados e hidrofugados,
deben colocarse secos, sin humectación previa.
Dado que la mayor parte de las eflorescencias se producen por interacción
del mortero con el ladrillo, antes de comenzar la obra se recomienda la realización
de muretes para verificar su comportamiento.
Debido a que el agua es el vehículo que transporta las sales solubles
causantes de las eflorescencias, debe procurarse no mojar la fábrica
de ladrillo tras su ejecución, ya que con la humectación previa
del ladrillo el proceso de fraguado se desarrolla con normalidad. Solo en tiempo
caluroso debe aportarse la humedad necesaria para evitar la deshidratación
del mortero.
Se debe evitar que la fábrica se moje desde el interior, tanto en la
fase de construcción como una vez finalizada, puesto que la humedad provoca
eflorescencias y manchas en el ladrillo.
Durante la ejecución de la obra de fábrica, deberá protegerse
la parte superior de los paramentos para resguardarlos del agua de lluvia.
Se protegerá así mismo la cara superior del ladrillo en los huecos
de fachada y coronaciones de los muros, hasta que se coloquen los vierteaguas
y albardillas.
Desde la ejecución de un muro hasta el enfoscado de su cara interior,
debe transcurrir un periodo de tiempo no inferior a 48 horas, con objeto de
interrumpir la continuidad capilar, evitando así posibles eflorescencias
procedentes del mortero del enfoscado.
Durante el proceso de ejecución de la fábrica es muy importante
rellenar la llaga vertical de mortero en todo el grosor del muro.
La eliminación
de las eflorescencias (no confundir con las manchas de mortero), debe hacerse
mediante cepillado en seco o por lavado con chorro de agua a presión
sin dañar las llagas.
La aplicación de ácido clorhídrico comercial diluido en
agua al 10%, solo es necesaria para limpiar las manchas y restos de mortero
como consecuencia de una ejecución de la fábrica poco cuidada.
Con objeto de conseguir la máxima uniformidad en el tono de las juntas,
conviene realizar el llagueado, transcurrido siempre el mismo tiempo desde la
ejecución, llagueando primero las juntas verticales para poder obtener
una horizontal mas limpia.
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PISCINA
EN BADALONA |
Relativas al proyecto
Para evitar la ascensión
capilar de la humedad por los muros en contacto con la cimentación, se
debe colocar una lámina antihumedad con el ancho del muro y entre dos
capas de mortero fresco.
Los muros de contención, jardineras, y demás elementos de fábrica
en contacto con el terreno, deben impermeabilizarse correctamente por su cara
posterior, pues de no hacerlo, el aporte constante de sales solubles, producirá
eflorescencias que pueden afectar a la durabilidad del ladrillo.
Es recomendable el empleo
de morteros de cemento y cal, ya que gracias a su bajo modulo de elasticidad
se reduce el riesgo de fisuración de las fábricas, la aparición
de eflorescencias, y se mejora la trabajabilidad del mortero.
Cuando se utilicen ladrillos de baja succión, el mortero debe ser menos
fluido que el normal añadiéndole un plastificante para mejorar
su trabajabilidad.
Los encuentros del alféizar
con las jambas y la carpintería en todo su perímetro, deben sellarse
cuidadosamente.
El agua procedente de las cubiertas nunca debe discurrir por las fachadas, siendo
necesario el uso de canalones y aleros.
Las gárgolas de
jardineras, terrazas, etc. deben tener la longitud e inclinación suficientes,
para evitar que el agua retorne y caiga por la fachada.
Las albardillas, los aleros, los dinteles, los balcones, etc. es decir los cambios
de plano en sección vertical de la fachada, deben ir provistos de goterón.
Con el fin de evitar que se produzcan fisuras en los muros de gran longitud, debido a las variaciones higrotérmicas, deben disponerse juntas de dilatación:
- A distancias no superiores a 15 m en clima continental y 25 m en clima marítimo, teniendo especial precaución en los muros de directriz curva.
- Donde se encuentren las partes mas rígidas del edificio con pabellones, alas u otros elementos de trazado lineal, correspondiendo generalmente éstas con las juntas estructurales.
- En muros mayores de 6 m de longitud, donde puede que sus movimientos eleven las concentraciones de esfuerzos en los cambios de plano de fachada menores de 70 cm, produciendo agrietamientos en los mismos.
- A lo largo de las líneas de cambio de espesor, y en los muros de carga, a cada lado de las grandes aberturas.
La capa de aislante térmico siempre debe estar separada de la hoja exterior por medio de una cámara de aire ventilada.
La espuma de poliuretano
proyectado sobre la cara interior del muro de ladrillo, no es una solución
correcta, ya que en la superficie de contacto de ambos materiales se pueden
producir condensaciones.
El suplementar el canto del forjado con un angular, aumenta la seguridad y estabilidad
del paramento apoyado en el forjado.