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Entrevista a AleaOlea, ganadores ex aequo del XIV Premio Arquitectura de Ladrillo

El XIV Premio de Arquitectura de Ladrillo tuvo tres ganadores ex aequo. En este Boletín os ofrecemos las entrevistas a los tres ganadores: AleaOlea, por la restauración de la iglesia vieja de Vilanova de la Barca (Lleida); Manuel Costoya, por el centro deportivo de Es Puig den Valls (Baleares); y HARQUITECTES, por la recuperación del edificio de Cristalerias Planell como Centro Cívico (Barcelona).

Foto: Ganador ex aequo XIV Premio de Arquitectura de Ladrillo

Arquitectos: Laia Renalias, Carles Serrano, Leticia Soriano y Roger Such (AleaOlea)

Obra: Restauración de la iglesia vieja de Vilanova de la Barca (Lleida) en sala de usos múltiples

El Jurado de este Premio ha valorado esta obra, destacando la interesante utilización del ladrillo como elemento diferencial de las estructuras originales, así como su utilización en el interior por su potencialidad como elemento de control acústico.

ALEAOLEA es una plataforma abierta formada por jóvenes profesionales del mundo de la arquitectura y el paisajismo establecida entre Barcelona y Túnez. Cuentan con cerca de 15 años de experiencia en un amplio rango de proyectos en diferentes países del Mediterráneo, en proyectos de escalas muy variadas que van desde el estudio del territorio y el paisaje hasta la intervención en el campo de la rehabilitación y la obra nueva. Desarrollan encargos públicos y privados interviniendo en todas las fases del proyecto, desde los estudios iniciales de ideas hasta la dirección de obra con un mismo objetivo: ofrecer propuestas contemporáneas comprometidas con su contexto cultural, social y económico a través del diálogo constante con nuestros clientes, colaboradores y usuarios.

Su obra contaba con la dificultad de darle un nuevo uso secular a una antigua iglesia gótica del siglo XIII que, además, se encontraba en ruinas desde la Guerra Civil. ¿Cuáles diríais que han sido las claves para resolver este proyecto, conservando la esencia del edificio?

La clave del proyecto era precisamente ésta: preservar la esencia del edificio, es decir, preservar la atmosfera religiosa de un lugar que, por sus circunstancias históricas, ya había sido desacralizado. Para ello el proyecto propone cubrir el espacio interior de la iglesia con un nuevo cerramiento y una nueva cubierta tratando de no perder el espíritu del edificio original. Se trataba de preservar la atmosfera de reposo e introspección que todos reconocemos cuando entramos en un espacio sagrado, seamos creyentes o no.

El Jurado destacó la utilización del ladrillo como elemento diferencial de las estructuras originales. ¿Por qué tomasteis la decisión de utilizar este material cerámico?

El ladrillo, en todos sus formatos, es un material típico de la tradición constructiva catalana, muy presente en el entorno de la iglesia y, en general, en toda la zona de Lleida. Es económico, manejable, pero sobre todo muy familiar. Todos lo reconocemos como parte de nuestro patrimonio construido; de algún modo está emparentado con nosotros y nuestro contexto. Pero sobre todo el ladrillo es un material flexible, capaz de adaptarse a todas las situaciones: puede ser un material noble o humilde, puede recrear atmosferas festivas o reflexivas, puede aportar luz e intensidad o sombra y penumbra, etc... Está capacidad de adaptación hace del ladrillo un material inteligente. En la iglesia buscamos recrear un atmosfera sacra e introspectiva y el ladrillo perforado pintado profundizaba perfectamente en esta idea.

¿Cuál ha sido el aspecto más complejo de la obra, teniendo en cuenta tanto el proyecto como la ejecución?

Todo proyecto pasa por momentos complejos. A nuestro juicio, uno de los más difíciles de gestionar es la fase de obra, la propia construcción del edificio. Allí se ponen a prueba las decisiones que uno ha tomado durante el proyecto. Durante la construcción surgen las dudas y se ponen en crisis ciertos aspectos. Dudar es algo habitual y necesario para el éxito. Pero en la obra es importante ser paciente y confiar en uno mismo. La maduración de un proyecto es larga, pero en general sucede en un momento en el que hay tranquilidad para pensar y razonar. La obra en cambio va con prisas y es fácil caer en la tentación de cambiar las cosas sobre la marcha. Hay que persistir y confiar en uno mismo. En la iglesia hubo momentos en los que la fachada de ladrillo perforada pasó por momentos de suspense. La decisión de pintar no fue fácil si bien estaba meditada desde el inicio. Hay que persistir.

¿Qué otra obra con materiales cerámicos destacaríais dentro del trabajo de vuestro estudio? ¿Cuál fue el papel de los materiales cerámicos en ella?

La cerámica siempre está presente. Tanto en obras de edificación como en las de urbanización o paisaje. Es un material que funciona muy bien con todo tipo de programas y a todas las escalas de trabajo. A su vez, es un material que envejece sabiamente de manera que, si es viable, nunca renunciamos a ella.

¿Qué tendencia creéis que existe actualmente respecto a la utilización del ladrillo cara vista, tanto en obra nueva como en rehabilitación?

El ladrillo vive una época dorada. Está muy presente en la edificación o la rehabilitación, pero también en la urbanización y el paisaje. Una buena señal es que se vuelve a construir con paredes de carga cerámicas y no solamente en viviendas unifamiliares sino también en vivienda colectiva o en equipamientos. Cuando esto ocurre con criterio es especialmente bonito ya que el ladrillo es un material especialmente rico en la capacidad de proponer distintos tipos de aparejos y despieces materiales. La tendencia actual en el uso del ladrillo señala un cierto retorno a la esencia. Una vuelta a un tipo de primitivismo o arcaísmo que, en ningún caso implica involución, sino una utilización con criterio de las soluciones constructivas más nuestras.

¿Cómo creéis que podría mejorarse la presencia de los sistemas constructivos con ladrillo cara vista en las asignaturas de proyectos de las Escuelas de Arquitectura?

Ya está presente pero seguramente es importante vincular siempre la solución técnica con el resultado visual y compositivo. Nunca separar una cosa de la otra. Pero más importante que la Escuela es la Industria. Los estudiantes son listos y están más que preparados para utilizar la cerámica con criterio. Lo que a veces se echa en falta es más sensibilidad en la propia Industria y en sus propuestas. Los catálogos comerciales de algunas casas de ladrillo por ejemplo, a veces parece que no visualizan la verdadera potencialidad del material. Hay que dejar participar más a los arquitectos en todas estas fases de trabajo.

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